Un anciano que está muriendo pide a su gente acercarse a su lado. Entrega una vara corta y maciza a cada uno de sus muchos hijos, esposas y parientes. "Rompan la vara", les indica. Con algo de esfuerzo, todos parten sus varas en dos.
"Así sucede cuando un alma está sola, sin nadie. Puede quebrarse fácilmente."
A continuación el anciano le da otra vara a cada uno, diciendo: "Así es como quiero que vivan después de mi muerte. Coloquen sus varas juntas, en manojos de dos y tres. Ahora rompan esos manojos en dos."
Nadie puede romper las varas cuando están dos o más en manojo. El anciano sonríe. "Somos fuertes cuando nos apoyamos en otra alma. Cuando estamos con otro, no podemos quebrarnos."
Gemma soñó esto a las 6:45 p. m.
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